Los medios audiovisuales han penetrado en nuestra sociedad y su consumo se ha vuelto excesivo. Es por este motivo que la educación audiovisual es hoy en día sumamente importante.
Esa educación es necesaria para el desarrollo de los niños, para que les permita conocer los medios audiovisuales y aprovecharlos adecuadamente, consiguiendo de este modo que sean capaces de tener una actitud crítica hacia ellos, ya que la información que se emite a su través, está elaborada por personas, con toda la carga ideológica y de intereses económicos, políticos y sociales que eso supone, tratándose además de una representación realizada mediante códigos que cada espectador debe decodificar para entender la información ofrecida. Si no se dominan estos códigos, el receptor está en inferioridad de condiciones respecto al emisor, por lo que será más fácilmente manejable. Esto es lo que sucede con los niños si no les enseñamos desde pequeños a observar todo lo que ven, lo bueno, lo malo, ..., incluso de aquello que más les pueda gustar.
Es decir, que la educación audiovisual es fundamental no solo para aprender sobre los medios de comunicación, sino para conocer, ante todo, los lenguajes con los que se expresan, las estrategias comunicativas, y los contenidos de sus mensajes.
Para comenzar a poner en práctica todo lo comentado, expongo a continuación una propuesta didáctica destinada a educación infantil en la que, a través de la visualización de diferentes cortos animados, los cuales comparo con las fábulas que todos conocemos, se analizarán los valores que en ellos aparezcan, tanto positivos como negativos. Es algo que normalmente pasamos por alto y, por lo tanto, estamos contribuyendo a que ese aprendizaje audiovisual tan importante que venimos comentando no se produzca.
Esa educación es necesaria para el desarrollo de los niños, para que les permita conocer los medios audiovisuales y aprovecharlos adecuadamente, consiguiendo de este modo que sean capaces de tener una actitud crítica hacia ellos, ya que la información que se emite a su través, está elaborada por personas, con toda la carga ideológica y de intereses económicos, políticos y sociales que eso supone, tratándose además de una representación realizada mediante códigos que cada espectador debe decodificar para entender la información ofrecida. Si no se dominan estos códigos, el receptor está en inferioridad de condiciones respecto al emisor, por lo que será más fácilmente manejable. Esto es lo que sucede con los niños si no les enseñamos desde pequeños a observar todo lo que ven, lo bueno, lo malo, ..., incluso de aquello que más les pueda gustar.
Es decir, que la educación audiovisual es fundamental no solo para aprender sobre los medios de comunicación, sino para conocer, ante todo, los lenguajes con los que se expresan, las estrategias comunicativas, y los contenidos de sus mensajes.
Para comenzar a poner en práctica todo lo comentado, expongo a continuación una propuesta didáctica destinada a educación infantil en la que, a través de la visualización de diferentes cortos animados, los cuales comparo con las fábulas que todos conocemos, se analizarán los valores que en ellos aparezcan, tanto positivos como negativos. Es algo que normalmente pasamos por alto y, por lo tanto, estamos contribuyendo a que ese aprendizaje audiovisual tan importante que venimos comentando no se produzca.
A continuación expongo los que he seleccionado para ello y explico muy brevemente lo que pretende transmitir cada uno. El resto de interpretaciones que se puede hacer de ellos, así como lo que cada docente trabajaría con sus alumnos en el aula a través de este recurso, lo dejo a lo que cada uno sea capaz de observar en los cortos.
- For the birds: unos pequeños pajarillos se topan con un pájaro mucho más grande que ellos que intenta integrarse en su grupo y compartir el espacio sobre el que descansan. ¿Hay que reírse y burlarse de los que son diferentes a nosotros?
- Día y noche: cuando ambos se conocen comienzan a pelear porque cada uno piensa que lo suyo es mejor que lo del otro. Una vez que se dan cuenta de que su oponente tienen cosas buenas comienzan a disfrutar uno del otro. Nadie es mejor que nadie ni nada más importante que nada.
- El hombre orquesta: dos músicos comparten plaza para atraer con su música a los viandantes, pero la competitividad por las monedas termina por demostrarles que con esa actitud no consiguen nada.